Apuntes sobre la dichosa novela gráfica
La novela gráfica no es cualquier cómic
y no es sólo una formato de publicación. Creo fundamental
tener en cuenta el propósito del autor que concibe una obra como
género. Es decir, creo que es importante saber si el autor de la
novela gráfica concibió su obra como una novela.
El término novela
gráfica no debe emplearse para describir un formato comercial (como
"trade paperback" o "tapa dura" o "formato
Prestige"). Puede ser un manuscrito inédito, o serializado en
partes. Lo importante es la intención, incluso si la intención
llega después de la publicación original (Capbell, 1995).
No
basta entonces con reunir algunas tiras cómicas, sin una estructura
global, dentro de un volumen con cierto parecido al soporte de una
novela literaria. Una novela es una obra narrativa de cierta
extensión que se distingue por su carácter abierto y su capacidad
para contener elementos diversos en un relato complejo. Siendo como
es la novela una obra de ficción narrativa, me permito la
comparación con la novela literaria en sus aspectos narrativos para
llegar a nuestra definición de novela gráfica, teniendo siempre en
mente que es la imagen y no la palabra la que carga con el peso de la
narración.
Aunque
no estamos, como señala Capbell en su manifiesto sobre la novela
gráfica, refiriéndonos a la novela literaria tradicional y no
sostenemos que la novela gráfica deba tener las mismas dimensiones
o peso físico, creo que existen rasgos comunes entre la novela
literaria y la gráfica que atañen a su estructura y
elementos. Quiero decir, que tanto una novela gráfica como una
novela literaria
son
obras
narrativas de ficción con una extensión determinada, que contienen y cuentan la historia de un
mundo inventado a imagen de la vida.
1.Esta imagen de la
vida es coherente y está ordenada en una estructura temporal, a
veces por capítulos.
2.El novelista
escoge de su experiencia los aspectos que le parecen más
significativos y los organiza de una manera nueva para contar sus
historias.
3.La novela no sólo
pretende contar la historia, sino que además lo hace de una
determinada manera. El novelista literario utiliza la palabra; el
gráfico la imagen o la conjunción de palabra e imagen.
4. En ambos casos
siempre hay una voz narrativa o varias.
5. La novela
contiene y muestra una dimensión estética: busca la
belleza.
6. La acción en una
novela la llevan a cabo ciertos personajes. Al protagonista solemos
llamarle héroe o heroína, aunque sepamos que no lo son.
7. La novela habla del personaje y su destino.
8. La novela gráfica
tienen que ver con lo literario y con lo artístico.
9. Una novela
gráfica es siempre ficcional. Ya se sabe que la frontera entre
realidad y ficción es difusa en la autobiografía. A mi
juicio una novela gráfica autobiográfica es siempre ficcional.
1Para
llegar a definir el actual concepto de libro álbum es preciso
(importante aclarar que no nos estamos refiriendo sólo al formato
de los álbumes como se emplea en el lenguaje de la historieta),
según apunta Teresa Durán, “ubicarse
en los años sesenta, cuando los nuevos modos de producir una
cultura de masas, el lenguaje cinematográfico, la publicidad, el
diseño, etc., aportaron nuevos modos no sólo de recibir un
mensaje, sino, sobre todo, de elaborarlo. En el álbum
encontraríamos las aportaciones semióticas de la nueva cultura
visual, fundiéndose en una polifonía de significados”
(Durán, 2008). Algunos de los primeros álbumes publicado que
asientan las bases de ese nuevo producto son Little
Blue and Little Yellow
(1959), de Leo Lionni, Donde
viven los monstruos (1962)
de Maurice Sendak, o Flicts
(1968) de Ziraldo.
El álbum es un medio de expresión donde imágenes y
palabras se conjugan para narrar una historia con múltiples
significados. El libro álbum no sólo nace como una propuesta
concebida para niños, es heterodoxa y polisémica y admite, cuando
son buenas obras, varias lecturas. Nos encontramos frente a una
nueva forma de contar historias de todo tipo y para todo tipo de
lectores donde cada elemento que lo compone es fundamental para
entender la historia como sus autores y editores la concibieron. El
texto, la imagen y el formato de edición narran; hasta los
paratextos que lo conforman aportan información al conjunto y todos
estos elementos hacen de él una obra única. “Forzosamente,
y como producto emblemático de la postmodernidad, el álbum es algo
más que un tipo de libro, algo más que una modalidad editorial, el
álbum es, cada vez más y ante todo, “un modo de leer”
“(Durán, 2000).
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