Estructuras de ficción y sistemas de lógica

Sí, efectivamente en mi post anterior se juntan pinceladas de demasiados temas y el resultado puede ser un tanto confuso. Me temo que mi respuesta va a seguir en esa misma línea pero trataré de ser más ordenada, ya que en ella contrapondré un análisis de las expresiones del lenguaje natural basado en las lógicas modales, al análisis de la estructura de una ficción basado en los sistemas de lógica clásico e intuicionista. El primero es un tema que he estudiado bastante en profundidad, mientras que el segundo, más interesante desde un punto de vista narrativo, es un territorio en el que recién me adentro. De manera que mis comentarios en la segunda parte se tiene que tomar como hipótesis a verificar o inquietudes a estudiar.


Sobre la portada del lenguaje

La diferencia fundamental entre el lenguaje de la lógica clásica (que engloba también la lógica intuicionista y la minimal) y el de la lógica modal es que el primero es vero-funcional, es decir que todos los conectores se definen en base a la contraposición entre verdadero y falso; el segundo, en cambio, requiere que se conozca también el significado de las proposiciones que entran en juego. Por esta razón las lógicas modales se dicen lógicas intensionales.

Es decir si afirmo “a y b”, mi afirmación será verdadera solo si “a” y “b” son verdaderos. 

Pero si afirmo que “a” es necesario, entonces para establecer si esto es cierto tendré que saber de que “a” estoy hablando y cuáles son sus condiciones de verdad. Por ejemplo si “a” es necesario en el mundo “v”, significa que “a” estará presente en cualquier mundo accesible a partir de “v”.

Puede ser entretenido relacionar las reglas de las lógicas modales con el uso que se hace del lenguaje, a mí me divierte y me ayuda a reflexionar sobre la portada del lenguaje. Esto era lo que hacía en el ejemplo del Agamenón en relación a expresiones doxásticas y epistémicas. 

En los sistemas de lógica hay algunas reglas que suenan absurdas y en abierto contraste con la que podría ser la intuición de cualquier persona. Y por esta razón tanto lingüistas (Sperber y Wilson en Relevance, 1996) como lógicos (Lenzen en Glauben, Wissen und Wahrscheinlichkeit, 1981) suelen remarcar como estas reglas no encuentran cabida en el lenguaje natural. Sin embargo creo que estas reglas suelen cobrar sentido y fuerza cuando activamos funciones no literales del lenguaje, cuando por ejemplo acudimos al sarcasmo. 

Un ejemplo: siempre en el ámbito de la lógica epistémica, hay un aspecto interesante en la definición de una entidad imposible. El operador de caracterización significa “esa única x que satisface la propiedad ypsilon”. Es decir este operador corresponde al término que es denotativo en el caso de que exista al menos una x que satisfaga la propiedad ypsilon y que dicha x sea el único objeto que la satisfaga. En una religión monoteísta, es posible referirse a Dios con un operador de caracterización.

Consecuencia directa de la definición es que si “z” satisface esa misma propiedad de “x”, entonces “z” es idéntica a “x”.

¿Qué pasa si “x” no existe? Pues que cualquier “z” que no exista será idéntico a “x”. Y aquí se dirá (Lenzen, 1980) que hemos llegado a un principio muy poco intuitivamente plausible. Lenzen tiene un hijo, no tiene una hija, pero esto no significa que en una conversación normal se le ocurra decir que es hija es un círculo cuadrado.


Naturalmente no. Sin embargo en la película Sospechosos habituales hay una situación en la que entra en causa exactamente este principio. Hacia el final del interrogatorio al que el investigador Dave Kujan está sometiendo Verbal Kint, el único superviviente del incendio en el puerto de Los Ángeles, Kujan se molesta porque Verbal le ha hablado de todo, menos que de Keyser Söze, el criminal de los criminales que muchos creen que no existe. Y sin embargo hay evidencias de que Keyser Söze de alguna manera está detrás de ese incendio. Entonces Verbal dice:

“If I told you the Loch Ness monster hired me to hit the harbor, what would you say?”

¿Qué está tratando de decir Verbal? Está tratando de decir que la historia de Keyser Söze no es creíble, nadie creerá en la existencia de ese personaje, y para que Dave lo entienda, le habla del monstruo de Loch Ness. Pues eso: hablar del monstruo de Loch Ness o hablar de Keyser Söze es hablar de lo mismo: de nada.

Hay un pasaje que funciona de la misma manera en Alicia en el país de la maravillas, cuando Alicia está precipitando en el pozo y empieza a preguntarse: “Do cats eat bats?”.


Sobre estructuras narrativas

Pero si de macroestructuras va el tema, entonces empezaría dejando de lado el tema de las lógicas intensionales, y me centraría en los sistemas clásico, intuicionista y minimal.

En los mundos de ficción la interdependencia de todos y cada uno de los elementos, las anticipaciones y los cierres que recogen las migas esparcidas poco a poco desde el principio, se suelen percibir como señal de fortaleza y solidez del mundo de ficción en el que habitan y al que contribuyen a dar forma. 

Corazón tan blanco y Mañana en la batalla piensa en mí de Javier Marías me deslumbraron cuando las leí y me transmitieron una fortísima sensación de estar en una habitación hecha por las piezas de un puzle que encajaban de manera natural, envolvente. ¿No corresponde todo esto a un mundo maximal (un mundo en el que están todas las piezas que tienen que estar, tanto que si añadieras una se volvería incongruente)? 

De aquí la pregunta: ¿es una cualidad necesaria de la ficción el hecho de que todas las piezas encajen? Hay novelas u obras que son ejemplares al respecto, pero de una medida u otra este mecanismo subyace a una gran parte de la ficción o de nuestra percepción de ella. ¿Por qué en las películas de detectives el culpable tiene que ser uno de los personajes que salen en los primeros diez minutos? Si el culpable se materializara al final, el espectador tenderá a percibirlo como un engaño, un deus ex machina plantado allí por los autores. ¿En qué situación un desenlace tan “gratuito” cobraría sentido? Una ficción realista, ¿tendría que contener una parte de gratuidad para poder ser llamada honestamente realista? O le puede el aspecto ficcional?

En su progresión, la estructura de una novela de investigación quizá se parece más al modelo intuicionista, ya que a lo largo de la historia son muchas las hipótesis que van cobrando forma y visos de probabilidad para quedar descartadas hasta que al final prevale la verdad. En este caso tanto en la mente del inspector como de la posible próxima víctima se alternan construcciones de mundos posibles, sucesivamente abandonados hasta llegar a la comprensión de la verdad (a lo mejor la verdad está disponible solo para el lector, mientras que al investigado no se le permite acceder a ella). En el desenlace entonces se actualiza el mundo final del sistema intuicionista, ese mundo que en la lógica intuicionista acaba coincidiendo con los mundos maximales propios de la lógica clásica. 

Quizá se podría decir que una historia con final abierto responde a una estructura lógica intuicionista. A este respecto son particularmente interesantes las estupendas instalaciones de Ilya Kabakov y en particular The Man Who Flew into Space from his Apartment



Imágenes tomadas del blog Cosmix Cube

El espectador se encuentra delante del piso de este señor que en algún momento ha descubierto que en el cielo hay unas corrientes capaces de llevarte hasta el espacio. Por esta razón ha construido en su propio minúsculo piso un rudimental sillín catapulta que, llegado el momento, lo ha lanzado a través del techo (naturalmente la instalación incluye el agujero). De este señor no se ha vuelto a saber nada. Su piso está acordonado y tapiado como en una investigación policial y el espectador tiene que asomar la cabeza para poder ver el interior. Tanto la valla de madera como el interior del piso están repletos de recortes y planos y maquetas y estudios enganchados en ellas. 

Las coordenadas de la historia están servidas, pero le queda al espectador sacar sus propias conclusiones tanto sobre las motivaciones y las emociones del protagonista ausente como sobre su actual paradero. En la imagen congelada de lo que queda después del acontecimiento se resume la esencia de una historia cuyos antecedentes y desenlace quedan a la merced del espectador. En este caso el esquema queda abierto a la posibilidad, la obra se queda en un ámbito intuicionista.

En realidad para buscar un esquema alternativo, no creo que se trate de crear mundos más o menos improbables o absurdos en sus componentes pero consistentes y coherentes en su estructura, la diferencia tiene que hallarse en el mecanismo debajo de la historia, en la esencia de una historia tan desestabilizante como muchas de las que aparecen por ejemplo en Gran libro de los cuentos para niños de Franz Hohler. Frente a opciones de este tipo el terreno se vuelve resbaladizo, ya que no hay una estructura lógico-ficcional que arrope la construcción, es como saltar de la pintura figurativa a la abstracta, es un salto de fe, es el salto que requiere una maestría y talento cristalinos. ¿O no?


Bibliografía
W. Lenzen, Glauben, Wissen und Wahrscheinlichkeit, Springer, 1981
D. Sperber y D. Wilson, Relevance. Communication and cognition, segunda edición, Wiley-Blackwell, 1996
B. Groys, Ilya Kabakov: The Man Who Flew into Space from His Apartment, Afterall, 2006

Comentarios

  1. No he leído todavía El Gran Libro de Franz Hohler, pero me muero de ganas. De todos modos, por lo que dices, debe de ser similar al estilo Rodari, donde se superponen lógicas de diverso tipo. Lo que quiero decir con esta comparación es que la lógica forma parte sustancial del relato, y el relato es el centro de la ficción; pero la ficción es un sistema complejo de construcciones donde al final, todo ha de ser significativo: "El arte no conoce el ruido" (Barthes, 1993, La aventura semiológica, p.172). Todo es funcional en el arte en tanto que éste compone un sistema donde no puede haber pérdidas. No sé si el tributo a la literariedad altera las reglas lógicas de los sistemas, pero me parece, como bien apuntas en tu entrada, bastante lógico pensarlo.

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