Dibujando con el alfabeto

Dibujos para aprender el alfabeto. En 2008 la editorial coreana Jaimimage ha publicado un curioso libro creado por Lee Ho Baek, llamado: Nuestro amigo el Hangeul. Se trata de un libro nacido de la preocupación de familiarizar los niños con las formas básicas del alfabeto coreano (preocupación que, en las palabras de la editorial, se enlaza al deseo de que los niños ya conozcan el alfabeto antes de entrar a la escuela primaria).

Lee Ho Baek toma los componentes gráficos de base de las letras del Hangeul y los utiliza como puras formas que, combinadas, representan animales, seres humanos, etc. De manera que el lector no solo acabará conociendo los elementos básicos del alfabeto, sino que podrá desarrollar su imaginación a la hora de conectar un objeto o un animal y sus representación sintética y esencial.


Dos páginas consecutivas del libro de Lee Ho Baek

El libro empieza con figuras humanas muy sencillas, que se van complicando a medida que intervienen animales y la trama de una pequeña historia va tomando cuerpo.

El alfabeto para aprender a dibujar. Creo que puede ser interesante contrastar este libro y la atención que concentra en la naturaleza y forma del signo escrito, con los libros para aprender a dibujar de Ed Emberley (Ed Emberley's Drawing Book of Faces, Make a World, etc. publicados por Little, Brown a partir de los años '70).

Él también basa su método en una formas básicas: círculo, triángulo y rectángulo y también con algo más. Ya que estas formas serán delimitadas, definidas, transformadas con la ayuda de algunas letras mayúsculas del alfabeto. Si sabes dibujar un triángulo, un cuadrado y un círculo y si sabes escribir las letras C, D, L, S, U, V W y Y, no hay objeto, lugar o oanimales que no puedas dibujar.



En este caso concreto y por contraste hay dos elementos que me gustaría destacar: el primero es como las formas que entran en juego están presente durante la fase de creación del dibujo. Al final, el aprendiz de dibujante tendrá delante de sus ojos un dibujo con individualidad propia en el que la sensibilidad hacia el aspecto y la tipología de sus componentes ha sido asimilada durante el proceso de creación. El otro elemento es la diferente percepció ndel alfabeto: en este caso el alftabeto es considerado con un bagaje propio de cada niño y tan transparente como para poder acudir en su ayuda a la hora de lanzarse en el mundo de la reproducción en imágenes. El alfabeto en este caso tiene el valor del signo reconocible y familiar que utilizará para dar vida a lo que tan familiar no es. Una herramienta de dibujo.


Naturalmente los dos planteamientos tienen finalidades diferentes, destinatarios diferentes, lo que me interesaba destacar en este caso concreto es el empleo del alfabeto en la explotación de su valor visual. Es cierto que en un caso se crea un mundo centrado en el alfabeto y, casi, en su presentación en sociedad, con un resultado muy curioso en relación a la percepción de la representación de formas de las cosas; en el otro tanto los elementos geomátricos, como las letras del alfabeto no dejan de ser unas herramientas destinadas a desaparecer en el dibujo final, donde primará la representación de los matices que hacen que un animal esté volando, descansando o a punto de caer, y que una cara posea una expresión feliz, triste, cabreada, altanera, orgullosa, vanidosa, etc.


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