Comer, vivir, mentir - Bestiarara


Bestiarara, Arnal Ballester, Orecchio acerbo 2003

Para hablar de Bestiarara de Arnal Ballester habrá que situarse primero en el ámbito de la comedia del arte y para situarse en el ámbito de la comedia del arte, quizá lo mejor sea acudir a las palabras de Jaques Lecoq en El cuerpo poético (Alba Editorial, 2009, 4ª edición):

En la comedia del arte descubrimos la comedia humana, los pequeños arreglos, la trampa, el hambre, el deseo, la urgencia de vivir.

Y también:

En este territorio están en juego las grandes artimañas de la naturaleza humana: hacer creer, engañar, aprovecharse de todo; los deseos son urgentes, los personajes están en estado de “supervivencia”. En la comedia del arte todo el mundo es ingenuo y malicioso; el hambre, el amor, el dinero son lo que mueve a los personajes.

¿Cómo se mueven los personajes de Bestiarara? Siguen cada uno su idea fija, su miedo particular, su necesidad de supervivencia conseguida en cada caso con las armas propias del personaje. Valga como ejemplo la caracterización del Comerciante Latacara.



Julia, la niña protagonista, es la excepción a la regla: sus pensamientos se mueven al ritmo de su yo-yo, sus pensamientos no tienen forma establecida, no están dominados por el miedo, sino por la empatía, ya sea con el propio Bestiara o con la señora Viperina Cotillez, y esto le permite dar con una solución creativa: ¿y si en lugar de encarcelar a Bestiarara o transformarlo en albóndigas, le diéramos de comer?
Pues bien, problema solucionado.


¿Haría falta algo más en un pequeño libro que se desenvuelve a lo largo de un acordeón? ¿Tendríamos que hablar de alguna toma de conciencia de parte de Bestiarara, personaje sin habla ni conciencia? ¿En fin, personaje bestial?

La presencia del yo-yo emocional de Julia es la contrapartida humana de la supervivencia postulada tanto por Bestiarara, como por los personajes supuestamente civilizados (señora Viperina Cotillez, Comerciante Latacara, Coronel Mediabomba o Guardia Tomamulta), mientras la aplastante mayoría está empeñada en sobrevivir, hay una voz joven, que, lejos de ser una caracterización puramente cronológica y tal como la definiría el escritor Grassa Toro, es la voz de alguien dispuesto a aprender.

No están dispuestos a aprender los personajes de la comedia del arte y, con ellos, mi amada Frau Peachum, la mujer del rey de los vagabundos, y el bandido Mackie Messer en la Ópera de tres peniques de Bertold Brecht. Aquí va su canto sobre la supervivencia o (cosa que en su óptica vendría a ser lo mismo) la esencia de la humanidad: Wovon Lebt der Mensch, ¿De qué vive el hombre?


Comentarios

  1. Para que sea más comprensible, aquí va mi traducción rápida de la balada, si podéis haceros con una buena traducción, mejor, sobre todo porque en esta se pierde todo ritmo, sólo sirve para tener una idea de lo que se está diciendo:

    Vosotros, que nos enseñáis cómo el hombre puede vivir con honestidad, y evitar el pecado y las fechorías, primero tenéis que darnos algo de comer, luego podréis hablar: así se empieza.

    Vosotros que amáis vuestra barriga y nuestra honestidad, que sepáis esto de una vez por todas: por mucha vuelta que le deis, primero viene la comida y después la moral. Antes que nada también los pobres tienen que tener la posibilidad de recortar su rebanada de pan.

    Entonces, ¿de qué vive el ser humano?

    ¿De qué vive el ser humano? En la medida en la que constantemente veja, hurta, agrede, aniquila y come. Sólo de esta manera vive el hombre, si es capaz de olvidar por completo su propia naturaleza humana.

    Señores, no os hagáis ilusiones: ¡el ser humano vive de fechorías y nada más!

    Vosotros nos enseñáis cuando una mujer puede levantar la falda y devolver la mirada. Primero tenéis que darnos algo de comer, luego podréis hablar: así se empieza.

    Vosotros, que os ocupáis tanto de nuestro pudor y vuestro deseo, que sepáis esto de una vez por todas: por mucha vuelta que le deis, primero viene la comida y después la moral. Antes que nada también los pobres tienen que tener la posibilidad de recortar su rebanada de pan.

    Entonces, ¿de qué vive el ser humano?

    ¿De qué vive el ser humano? En la medida en la que constantemente veja, hurta, agrede, aniquila y come. Sólo de esta manera vive el hombre, si es capaz de olvidar por completo su propia naturaleza humana.

    Señores, no os hagáis ilusiones: ¡el ser humano vive de fechorías y nada más!

    Arianna

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  2. Me encantó tu entrada Arianna. La digiero y te cuento.

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  3. Otra vez, Arianna, nos encontramos tú y yo hablando (discrepando) de Bestiarara.

    Yo sigo pensando que este libro es un buen ejemplo de la forma en la que el lenguaje políticamente correcto se disfraza (consciente o inconscientemente) de lo contrario, ya conoces mis argumentos: el estereotipo de los personajes, su falta de relieve y ambivalencia, la solución sin desarrollo (...darle de comer, sí, pero quién y de qué ración) y, sobre todo, ese “echarle comida” a Bestiarara que, en mi opinión, le arrebata la dignidad de ganarse el pan y la oportunidad de convertirse en un miembro de pleno derecho en esa sociedad.

    Al margen de todo esto, sin embargo, no puedo estar más de acuerdo contigo en la forma en la que planteas tu entrada; El problema, entonces, lo veo en otro lado, y pregunto: ¿No hay que inferir demasiado para llegar desde el álbum a ese magnífico “De qué vive el hombre”? ¿Quién puede no perderse en un camino tan personal y tan poco señalizado? ¿Dónde queda la obra de arte que precisa tanta nota al margen cuando el autor no está allí para explicarla?

    No sé, no creo que pueda entenderse como arte la obra que no tiene entidad propia; por aquello de Hipócrates, digo: Ars longa, vita brevis.

    Sergio

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  4. A veces pienso que quizá se trata de que a uno le guste el libro o no.

    Tal como lo veo yo en la historia no se trata de que Bestiarara se gane el pan, sino del hecho de que Bestiarara es tan bestia como los otros personajes, los que acaban aceptando la idea de darle de comer. Julia es la única que se escapa. La comedia del arte y el humor negro (el gato convertido en esqueleto) definen el papel de los demás personajes. De manera que realmente creo que quizá le pregunta sea si el libro me gusta o no.

    Por otro lado, la comida me tiene fascinada, estoy indagando y pronto llegarán más cosas sobre este tema.

    Arianna

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