Persiguiendo a Peter Sís (parte I)

Peter Sís es un autor que conoce la importancia de los detalles y de las circunstancias. Su determinación por huir de las cosas simples lo lleva a crear libros en los que resuena su deslumbrante habilidad para recrear composiciones tan complejas como cristalinas. Quizá por eso Sís sea uno de los mejores antídotos contra el exceso de simplificación que conlleva pobreza de ideas y lenguaje para expresarlas, desarrollo inexistente del espíritu crítico y del sentimiento de responsabilidad personal (todos binomios irreducibles).

En 2008 su último libro, The Wall, Growing Up Behing the Iron Curtain, Farrar, Straus and Giroux (publicado en Español por Norma: El Muro, 2009), ganó el Bologna Ragazzi Award al mejor libro de no ficción. Ese año lo perseguí por toda la feria porque quería que me hablara de lo que le preocupa y del por qué hace lo que hace. Tuve suerte y aquí va la trascripción de lo que explicó ese 2 de abril 2008. Como es extensa y no quiero enterraros en un océano de preguntas y respuestas os lo ofreceré en dos entradas distintas. Espero que lo disfrutéis.


¿Por qué ha elegido este momento para crear The Wall?

En The Wall en cierto sentido cuento mi historia, se trata de un asunto que tenía pendiente y al que algún día tenía que enfrentarme. Empecé a pensar en serio que había llegado el momento adecuado para plasmar mis recuerdos y reflexiones en libro, después del ataque a las torres gemelas y de la reacción de la gente en Estados Unidos. Por cuestiones de seguridad, de repente las personas estaban dispuestas a renunciar sin pensarlo dos veces a ciertas libertades fundamentales del ser humano. Y entre la protección del ciudadano y la dictadura, la línea puede ser muy fina.

A veces uno da la libertad por asumida, sin pensar que podría perderla. ¿Es esto lo que la preocupa?

Es exactamente este el punto. Mis hijos han nacido y crecido en Estados Unidos y nunca se han planteado la posibilidad de no tener libertad de expresión. Pero el hecho de que gocen de ella no significa que no podrían perderla. Hay que tener conciencia de los límites a los que puede llegar el ser humano y de la complejidad de las cosas. Te dejas llevar por el miedo y no te das cuenta de que estás renunciando a una parte importante de tu humanidad. Las consecuencias pueden ser catastróficas.

Parece que hay una preocupación constante en sus libros para la libertad, la fuerza de las ideas y ciertas figuras emblemáticas de la historia de la ciencia. Estaba pensando en The Starry Messenger: Galileo Galilei (en español: El mensajero de las estrellas).

Es curioso, si miras hacia atrás parece que estaba todo planeado, parece que estoy siguiendo una estructura mental clara, pero la verdad es que no es así. Decidí escribir el libro sobre Galileo después de un viaje que hice con mi mujer a Florencia. Allí visitamos un museo donde recuerdo que quedé impresionado al ver una serie de telescopios y objetos para estudiar el cielo. Fue así como nació la idea del libro sobre Galileo Galilei. Al pensar ahora en los libros que he creado, parece que tengo algunas ideas fijas, pero la verdad es que la inspiración para ciertos libros nace de hechos fortuitos, además de los que nacen por mis hijos. Porque se puede decir que creo libros para mis hijos. Hay por ejemplo una serie de libros para niños muy pequeños que no ha llegado a Europa, como Trucks o Ballerina, que nacieron una para mi hijo y la otra para mi hija. Y luego están los otros libros, como por ejemplo The Tree of Life, Charles Darwin (en español: El árbol de la vida), este también lo hice para mi hijo…

Otro libro sobre un descubridor, sobre un hombre que marcó una ruptura en la manera de ver y considerar el origen de la vida…

Sí, sobre todo si vives en Estados Unidos. En Europa no tanto, pero si vives en Estados Unidos, bueno, en muchos lugares es mejor que ni pronuncies ese nombre… En muchos ambientes se experimenta pánico frente a las teorías evolutivas… La verdad es que tenía miedo de que hubiera mucha polémica cuando el libro saliera a librería, pero en esta circunstancia la gente decidió callar por completo.

The Tree of Life, The Starry Messenger, The Wall son todos libros muy complejos, a nivel de concepción y puesta en escena. Sus dibujos se distribuyen por las páginas con gran libertad, componiendo espacios intricados y permitiendo al lector seguir multíplices caminos. ¿Cómo planifica la creación y la secuenciación de obras de este tipo?

No sé porque, pero siempre mis libros acaban por complicarse. Ahora mi nuevo reto es crear un libro sencillo. Estoy preparando un libro sobre despertadores y lo único que sé es que será un libro sencillo… Aunque a mi editora y a mí nos gusta darle vueltas a las cosas, así que en una de las últimas reuniones se nos ocurrió que los despertadores tienen mucho que ver con la revolución industrial y entonces, claro, ya nos estamos planteando hacer una introducción histórica y mi libro sencillo parece a punto de perderse por el camino… Es cierto, mis libros tienen la costumbre de necesitar cierta complejidad visual como expresión de la riqueza del tema del que hablan. Por ejemplo de The Wall hay al menos tres versiones diferentes, en cierto momento hasta se planteó la posibilidad de transformar el libro en una novela gráfica, pero yo quería que fuera un libro para niños, porque es en la definición del público que encuentro sentido a lo que hago.


Me consta que de The Wall se han realizados versiones diferentes.

Sí, la versión americana y la versión checa, por ejemplo, tienen principio y final diferentes. En la versión checa, el niño que sueña con llegar a Estados Unidos, de hecho llega, en la otra se conforma con soñar con ello. Además la versión checa es más larga, porque consideramos que los niños de allá tendrían mayores conocimientos históricos. La versión francesa es la más breve de todas, porque en ese caso se quiso derivar el libro hacia el formato del cómic. De esta manera la vida del libro es múltiple. Ahora se está barajando la posibilidad de crear una versión de The Wall para iPhone y, me perdonará, pero no estoy muy contento con este asunto… Mejor dicho, no me gusta la idea de que imágenes tan complejas se puedan ver en una pantalla tan pequeña haciendo zooms y demás. El libro está pensado para un espacio determinado, no para una pantalla. Sin embargo es cierto que me apasiona el tema de las nuevas tecnologías. En las páginas de mis libros quiero que el lector encuentre muchos estímulos simultáneos, por esta razón también la arquitectura de mis libros es tan elaborada. En un producto multimedia puedes crear una infinidad de conexiones y caminos cruzados. Se trata de un mundo que me interesa enormemente… al fin y al cabo soy autor de libros infantiles casi por accidente…

(Continuará)
Arianna Squilloni

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